Este organismo en particular, descubierto originalmente en un pequeño planeta (1200 km de diámetro) que orbita alrededor de Zeta II Reticuli, entra en varias etapas en su corto ciclo de vida. Puede encontrarse en casi cualquier tipo de hábitat, ya que sus necesidades vitales son muy bajas cuando se encuentra en estado latente. Normalmente se encuentra como una gran vaina, de forma ovoide, de un tercio de metro de altura y de textura coriácea. Estas vainas están adheridas a la superficie del suelo o a la pared sobre la que descansan, siempre espaciadas uniformemente a intervalos de aproximadamente 1,5 metros. Por lo general, se encuentra una cantidad de 100 a 200 vainas en un nido. Estas vainas permanecen bastante inactivas hasta que detectan un organismo huésped adecuado en las cercanías, momento en el que una sola criatura en su interior se vuelve bastante activa. A la primera oportunidad, el parásito saldrá con fuerza de la abertura superior de la vaina y, utilizando sus ocho patas en forma de huso, maniobrará para introducir un apéndice tubular en el cuerpo del huésped.
El parásito, en esta fase, es bastante pequeño, alrededor de 1,5 kg, y del tamaño aproximado de una mano humana. No tiene órganos sensoriales aparentes. Además de las patas mencionadas, también tiene una cola de aproximadamente medio metro de largo. La cola se utiliza para impulsar a la criatura desde su vaina y, junto con las patas, para sujetar firmemente al parásito a su huésped, de modo que el apéndice tubular pueda continuar su trabajo. Este tubo se utiliza para mantener al huésped en coma pero funcionando mientras el parásito transfiere material dentro de la cavidad corporal del huésped. Este proceso dura de 2 a 4 horas, y cuando se completa el procedimiento, el organismo con forma de mano muere y se desprende.
Es importante señalar que la criatura en todos los estados utiliza unos extraños tipos de fluidos corporales que son bastante corrosivos para todos los metales, aleaciones o plásticos conocidos. Estos extraños fluidos pueden atravesar el mamparo de una nave estelar en cuatro segundos.
El huésped recuperará la consciencia y normalmente se sentirá normal pero con bastante hambre. Sin embargo, a las dos horas de despertarse, el parásito saldrá violentamente del cuerpo del huésped y buscará la soledad de otros organismos. A continuación, experimenta un proceso de crecimiento tremendamente rápido, alcanzando la verdadera madurez en 15 a 75 minutos.
El parásito reticulano maduro, cuando se desarrolla a partir de un huésped humano, alcanza los 2,3 metros de altura y pesa 120 kg. Su forma es humanoide, aunque a menudo conserva muñones vestigiales en su espalda (restos de sus cuatro piernas no desarrolladas de la etapa intermedia). La cabeza tiene una forma muy grotesca, bastante alargada (unos 90cm) y no parece haber órganos sensoriales. Sólo tiene una boca grande y con muchos dientes. Dentro de la boca hay un apéndice cilíndrico, rígido, que puede extenderse con gran fuerza hasta 30cm para atacar a la presa. Este pequeño apéndice está rodeado de muchos dientes afilados. Las manos de la criatura desarrollan largas garras, y se conserva la cola primitiva, ahora de unos 2m de longitud. En la madurez, la criatura es tremendamente poderosa. Su fuerza en extremidades, manos, cola y mandíbulas es muy superior a la fuerza humana normal.
El parásito, en esta etapa, se vuelve bastante vicioso. Acechará, capturará y matará casi cualquier organismo animal que pueda durante el resto de su corta vida. No se sabe con exactitud qué obtiene la criatura de estos asesinatos gratuitos, ya que no utiliza los cadáveres como alimento. Los teóricos de la biología han postulado que el parásito obtiene una energía vital (eléctrica o de otro tipo) de sus víctimas que utiliza directamente para perpetuar su pequeña vida. En cualquier caso, el parásito se convierte en un asesino y rastreador extremadamente eficiente. Desarrolla rápidamente una inteligencia animal rudimentaria y es capaz de moverse muy silenciosa y rápidamente. Sus ataques son rápidos y terriblemente violentos, el único motivo es el asesinato. A pesar de su gran tamaño, su delgado físico le permite recluirse o moverse por pasillos relativamente pequeños.
La vida total del parásito reticulano es directamente proporcional al número de víctimas a las que puede robar la vida. A menudo, de la vaina a la nueva larva, la criatura vive sólo unas horas. Cuando el parásito ya no puede encontrar organismos para depredar, entra en coma y comienza el crecimiento de nuevas larvas dentro de la criatura. Este crecimiento durará varias semanas, y cuando se alcance el estado de larva completa, emergerán de 100 a 200 larvas que consumirán el cuerpo del adulto. Estas pequeñas larvas (que pesan menos de 200 gramos cada una y tienen aspecto de gusano) se adhieren a la superficie más cercana a intervalos de 1,5 metros (si el espacio lo permite). Estas larvas crecen en unos 3 meses hasta convertirse en las vainas de semillas mencionadas anteriormente, y el ciclo se renueva.
ANIMAL | PUNTOS DE VIDA | VELOCIDAD |
Parásito Reticulano (Adulto) | 14 | 12 m |
HABILIDADES | Atletismo (destreza) 2, Reconocimiento 1, Supervivencia 3, Combate CaC 2, Sigilo 2 | |
ATAQUES | Garras (2D), Mordisco (1D+1), Cola (3D) | |
RASGOS | Armadura (+8), Visión IR/UV | |
COMPORTAMIENTO | Carnivoro, depredador asesino. |
Percibe la energía vital, y rastrea de forma excelente independientemente de los olores o la iluminación. Puede seguir un rastro de energía dejado recientemente.
El modo normal de ataque es agarrar a la presa con las garras y/o la cola (la cola ataca como trilladora) y atacar a la presa con el aguijón en la boca. Su fuerza equivalente es de 20. Para romper su agarre un individuo debe tirar la fuerza de 20 en dos dados. Al matar a una víctima, la criatura obtiene una hora más de vida. Esto debe ocurrir dentro de las dos horas siguientes a la ruptura del huésped, o el parásito se volverá latente y producirá larvas. El número de larvas producidas es de 50-300 (1Dx50).
En la forma intermedia (la criatura con forma de mano), se puede cortar con un láser (armadura como jack), pero recuerda su sangre ácida. La criatura con forma de mano no puede ser retirada de su anfitrión sin que éste muera. Si se retira, asaltará inmediatamente al huésped potencial más cercano disponible, y puede utilizar sus fluidos corporales en esta fase para quemar la armadura protectora de cualquier tipo.
Se sugiere que esta criatura se utilice con mucha moderación, ya que es extremadamente poderosa, a pesar de su corta vida. Las vainas de semillas pueden ocultarse o disfrazarse para persuadir a los jugadores desafortunados a que investiguen. Mi intención con este artículo ha sido ser fiel a mis fuentes, no crear una bestia que pueda ser utilizada para encuentros cotidianos en Traveller.
Traducción (y adaptación) del Reticulan Parasite, que apareció en la revista The Journal of the Travellers' Aid Society #4 (1980). ADVERTENCIA: No es un ser que se encuentre en el universo del Tercer Imperio. Utilizar estos datos bajo vuestra propia responsabilidad.
No hay comentarios :
Publicar un comentario